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Tú, Organización Interna

trabajar con organización interna

 

Concentrarnos en una sola tarea a la vez nos ayuda a ser más productivos, pero para poder realmente enfocarnos en finalizar una actividad, necesitamos organizarnos internamente, es decir, tener organización interna y saber de qué forma respondemos mejor a los estímulos internos y externos y utilizarlos a nuestro favor.

La evolución modifica nuestro cuerpo, regularmente sucede de forma tan lenta que no lo notamos, sin embargo, con los cambios acelerados que hemos vivido en cuanto a la digitalización, nuestro cerebro ha tenido que adaptarse rápidamente y, hemos modificado desde la forma en la que leemos hasta la forma en la que nos relacionamos con nuestro medio.

Es muy común escuchar que la gente actualmente no lee, más bien escanea, y esto tiene que ver con la forma en la que se nos presenta la información. En la época en la que todo es urgente e importante la única forma en la que podemos decidir en qué queremos enfocar nuestra atención es si nos conocemos bien.

Lo primero que debemos saber es que de nada sirven las culpas y comparaciones, en cualquier web de administración o videos sobre organización encontramos miles de técnicas (muy útiles), que podemos intentar, pero no siempre nos funcionan, esto en ocasiones genera frustración porque nos preguntamos cómo podemos ser más eficientes y aún más allá, quisiéramos que estas técnicas funcionen casi instantáneamente, pero para que una estrategia de este tipo dé resultados necesitamos paciencia, práctica y de nuevo conocimiento personal ¿cómo organizarnos internamente antes de poner en práctica una técnica de organización?

 

  1. Sé honesto contigo mismo, en el trabajo habrá actividades que te gusten y no te gusten realizar, por ejemplo, puede ser que disfrutes mucho elaborar estrategias, pero no llenar formatos para documentarlas; es normal, aunque tu trabajo te guste mucho, no siempre te gustarán todas las actividades, por lo que te conviene dividirlas en tres grupos las que disfrutas mucho, las que no te gustan y las que son neutrales.
  2. Obsérvate trabajar, esto puede ser un poco complicado, pero en un día normal, observa cuánto tiempo tardas en terminar cada tipo de actividad, no hagas nada por modificarlo, solo revisa cómo lo realizas y el tiempo que te toma.
  3. Establece metas pequeñas (de verdad pequeñas), sobre todo si tienes problemas para concentrarte, fija tareas que puedas completar en poco tiempo, eso quiere decir que puedes fraccionar un proyecto en tareas breves, cuando finalices cada una puedes tomar un breve descanso.
  4. Limita tus fuentes de información, sabemos que es difícil dejar de lado a todas las personas con las que podemos tener contacto al mismo tiempo (chats de la empresa, las personas a tu alrededor, redes sociales, etc.). Está bien si interactúas con otras personas, pero eso no quiere decir que todo el tiempo tengas que enterarte de lo que sucede en el mundo; las novedades y noticias pueden esperar, existen aplicaciones que te ayudan a bloquear tu teléfono o ciertas páginas si necesitas de control externo.
  5. Practica estar contigo mismo, cuando logras hacer un espacio al día para solo sentarte, permanecer en calma y no interactuar con nada ni con nadie, esto te ayudará a mejorar tu concentración, siéntate por un minuto sin hacer absolutamente nada. Está bien si estás pensando en muchas cosas, pero permanece en una misma posición, deja que transcurra un minuto e incrementa este tiempo día a día, hasta alcanzar quince minutos diarios, esto trae beneficios a tu cerebro y te permitirá concentrarte mejor en tus tareas.

 

Recuerda que lograr la concentración en terminar una tarea es un proceso que muchas veces requiere que puedas reentrenarte en cómo trabajar; la organización interna no proviene de agendas o notas adhesivas, viene de saber hacer pausas y trabajar de forma consciente.

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