Este año se ha caracterizado por mantenernos en la constante incertidumbre, cambio acelerado, oportunidades de reflexión. En el artículo pasado hablamos sobre la resiliencia para adaptarnos, pero antes de ello, necesitamos aceptación.
Aceptar los acontecimientos cómo suceden implica un gran reto, requiere que seamos capaces de ser humildes e inteligentes para aceptar aquello que no podemos cambiar. Piensa en las reacciones que tuviste ante todo lo nuevo que vino este año:
- ¿Cómo lo manejaste?
- ¿Qué has aceptado?
- ¿A qué cosas o situaciones te sigues aferrando?
Aunque de inicio responder estas preguntas puede resultar sencillo, te invitamos a indagar a profundidad. Cuando suceden acontecimientos importantes solemos marcar nuestra vida en un antes y un después, y en este caso probablemente un “cuando esto acabe”, es decir, esperamos que ciertas situaciones ocurran o no hayan ocurrido aún.
La psicóloga Elizabeth Klbüer Ross, esquematizó nuestras reacciones ante los cambios y las pérdidas, cuando esto sucede pasamos por cuatro etapas:
- Negación: dificultad para aceptar el cambio ; en esta etapa nuestro comportamiento no se modifica e incluso llegamos a actuar como si no hubiera pasado nada.
- Ira o malestar: en esta etapa tenemos sentimientos de enojo, tratamos de buscar explicaciones y no estamos listos para cambiar nuestra conducta.
- Negociación: con un poco de más calma, podemos negociar con nosotros mismos qué hacer para sobrellevar la situación; nuestra conducta cambia en función del escenario al que necesitamos adaptarnos.
- Aceptación y reorganización: finalmente, una vez que hemos aceptado la situación como se presenta estamos listos para dirigir nuestros recursos a un nuevo escenario, recuperamos la estabilidad y podemos plantear nuevos escenarios.
¿Puedes identificar cómo viviste estas etapas con el cambio que sucedía a tu alrededor? Identificarlo puede ayudarte a ti, a tu familia y a tu equipo de trabajo, de esta forma puedes saber qué camino te queda por recorrer, a qué necesitas renunciar, cómo tienes que adaptarte.
Piensa en la situación que más se te haya complicado este año y responde lo siguiente:
- ¿Sé que me encuentro en una situación de incertidumbre?
- ¿Qué sentimientos me causa esta situación?
- ¿Cómo puedo sobrellevarlo mejor? ¿De quién o quiénes necesito en este momento?
- ¿Qué recursos tengo para enfrentar el futuro?
Todo cambio por sí mismo implica transitar por un período de duelo, aunque sea breve, en el que tendremos que adaptarnos; aun cuando los cambios son positivos hay algo que dejamos atrás para poder cambiar de dirección.
Toma un momento para estar con tus emociones, reflexionar en qué etapa del cambio te encuentras y cómo partirás de aquí para impulsar tus proyectos a futuro.