Cuando pensamos en negocios regularmente dejamos fuera el componente emocional. Existe una creencia de que las empresas deben manejarse de manera objetiva y con la cabeza fría, pero ¿Qué tan cierto es esto?, ¿qué pasa con emprender a consciencia?
Todos los seres humanos tenemos emociones y sentimientos; las primeras son las reacciones fisiológicas instantáneas ante ciertos acontecimientos, mientras que los sentimientos son la percepción que nosotros mantenemos sobre una emoción, por ejemplo:
Voy tarde al trabajo y de repente ocurre un choque que retrasa más mi camino, esto puede provocarme enojo, pero si después de muchas horas mantengo este enojo, se vuelve un sentimiento soportado por la percepción de que lo que sucedió fue desastroso y frustrante, pero en realidad el choque sucedió mucho antes, así que lejos de esa situación, yo soy quién está decidiendo mantener el sentimiento por medio de mis pensamientos.
Las emociones y los sentimientos no son buenos o malos, lo que importa son las decisiones que tomamos influidos por estos.
Pensemos ahora en cómo los sentimientos pueden ayudarnos o detenernos al momento de realizar nuestro trabajo o de emprender algo nuevo. Cuando tenemos una idea nueva, puede provocarnos mucha alegría y motivación, pero eventualmente puede convertirse en frustración cuando no sabemos cómo seguir con nuestra idea.
La pregunta es si en algún momento nos detenemos a pensar en estas emociones y en su influencia; por ello en este artículo, queremos compartirte tres acciones que te sugerimos lleves a cabo para ser un emprendedor consciente:
- No ignores tus emociones. Si te sientes emocionado con una idea llévala a cabo, pero en algún momento detente a analizar si esa emoción está nublando tu visión objetiva sobre si es viable llevarla a cabo.
- Identifica tus pensamientos. Si te sientes frustrado, enojado o triste, identifica cuál es el pensamiento que está haciendo que te mantengas en este estado de ánimo, de esta forma será más sencillo quitar los frenos que te están deteniendo para realizar acciones necesarias.
- Medita al final del día. Con esto nos referimos a que te detengas por unos momentos y trates de estar en silencio para calmar tus pensamientos, recuperar energía y mejorar tus decisiones. La meditación es un ejercicio que te puede ayudar a detenerte antes de tomar decisiones precipitadas.
Si llevas a cabo estos pasos, será más fácil que sepas cómo te sientes al respecto de los emprendimientos que estás llevando a cabo, así como si son ideas que te están haciendo sentir bien y si van de acuerdo con los objetivos que te has planteando.
Considera además que detenerte a pensar en las cosas, también te ayudará a salir de decisiones que pueden parecer sencillas pero que limitan el potencial de tus negocios. Este tema de las decisiones que parecen sencillas lo abordaremos en un siguiente artículo.
Como puedes ver, seguramente tus sentimientos han influenciado más de una vez la forma en la que tomas decisiones de negocios, al hacer conscientes estos sentimientos ganamos autoconocimiento, claridad y experiencia sobre el tipo de acciones que realizamos cuando estamos privilegiando una emoción o sentimiento sobre la visión objetiva de las cosas.
Sentir es normal y es parte de nuestra naturaleza, identificar las ideas que se encuentran detrás de nuestros sentimientos es una habilidad muy útil que se adquiere con la práctica.