A lo largo de nuestra vida se nos presentan algunas oportunidades que no representan precisamente un cambio radical, pero sí la posibilidad de hacer cosas nuevas, de salir de la rutina; y puede ser cualquier tipo de oportunidad, es decir, desde aquellas que tengan que ver con aprovechar una oferta, aprender algo nuevo para mejorar un proceso, hasta cambiar de trabajo o iniciar un nuevo negocio.
Las oportunidades pueden ser algo confusas, sobre todo porque de culturalmente la palabra tiene una acepción positiva, y esto nos lleva a pensar que cualquier oportunidad que se presente debe ser aprovechada; sin embargo, no toda oportunidad es buena, por lo que es fundamental para la persecución de nuestros objetivos que aprendamos a reconocerlas. Sobre todo, porque puede haber ocasiones en las que decidimos no tomar una oportunidad y nos genera sentimientos de culpa o de arrepentimiento aun cuando no sabemos cuál sería el resultado.
Tomar todas las oportunidades que se presenten no te hace necesariamente más inteligente, pero desaprovechar todas las oportunidades, puede significar que nos encontramos paralizados de tal forma que no somos capaces de pensar ni siquiera en realizar algún cambio, aunque sea positivo. Por ello es necesario que sepamos ¿Cómo reconocer oportunidades?
- Son viables. La proposición u oferta es algo 100% realizable, no se presenta como algo mágico o rápido que pueda realizarse sin esfuerzo.
- Se acomodan a tu realidad. No implican cambios al 100% de tu vida que no serían sostenibles a largo plazo.
- Te traerán bienestar emocional y económico. Aunque sean arriesgadas se encuentran dentro de un rango razonable.
- Empatan con tus valores. Es algo que definitivamente harías porque crees en el proyecto.
- Representan una mejora. Aunque tengas que empezar desde cero, será una situación mejor que en la que te encuentras actualmente.
Las oportunidades pueden paralizarnos regularmente por el miedo que implica el cambio o salir de una rutina ampliamente conocida, por lo que, si experimentas inseguridad ante un nuevo panorama, realiza lo siguiente:
- Revisa tus prioridades. En ocasiones algo puede aparecer como una gran oportunidad, pero tal vez no es el momento para tomarla. Si me encuentro por ejemplo en una posición en la que tengo muchas deudas y la oportunidad que se me ofrece no es estable, entonces tal vez no sea lo más indicado tomarla.
- Enfrenta el miedo. Revisa si la oportunidad que tienes enfrente es viable, si es así y estás dudando, asegúrate de que no sea el miedo el que te detenga.
- Sé objetivo. Por más emocionante que pueda parecer, revisa si te llevará de la situación actual a una deseada de forma realista.
Si eres capaz de distanciarte de la situación para verla de forma objetiva será más fácil que encuentres aquellas oportunidades que beneficiarán el alcance de tus metas y que traigan un mayor bienestar, podrás olvidarte del miedo a no ser capaz, o por el otro lado reconocer que no todo es una buena oportunidad por más emocionante que parezca.
Mantente siempre preparado para que tus próximos pasos estén en tus manos.
